"Todavía no nos escuchamos completamente"
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"Todavía no nos escuchamos completamente"
Guadalupe Jiménez Codinach destacó, en el V Encuentro El Humanismo y las Humanidades en la Tradición Educativa de la Compañía de Jesús, la falta de diálogo entre las diferentes culturas que conviven en el país.
Judith Morán
¿Qué tanto las reformas constitucionales representan un verdadero pacto social? ¿Qué tanto se hacen con base en lo que necesitan los mexicanos? Estos cuestionamientos los hizo Guadalupe Jiménez Codinach, historiadora y asesora de Fomento Cultural Banamex, al mencionar que la Constitución de 1917 ha tenido cientos de reformas.
"Estamos haciendo cosas terribles. Vean lo que hicimos con el artículo 27 en la época de (Carlos) Salinas, y ahora la reforma energética", con la que se podrá obligar a campesinos a vender su tierra si una compañía tiene interés en ella, dijo Jiménez en su participación en el V Encuentro El Humanismo y las Humanidades en la Tradición Educativa de la Compañía de Jesús.
Durante la conferencia "El acontecer histórico y su impronta en las constituciones de México, 1812-1917", la doctora en Historia por la Universidad de Londres se remontó al Tratado de Córdoba (1821), que fue la primera vez que se nombró a la nación como imperio mexicano.
"Existían muchas polaridades de habitantes en este territorio que estaba naciendo. Muchos usos y costumbres. Muchas regiones que no podían sintetizarse en una entidad única, un estado multicultural, cuya riqueza estaba basada en la multiplicidad de etnias, lenguas, costumbres y modos de vida", comentó.
La historiadora explicó que aunque vivimos en el Siglo XXI, "todavía seguimos construyendo esta realidad, porque todavía no nos escuchamos completamente, no nos comprendemos y siempre intentamos unificar a todos".
Alfonso Alfaro, académico del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, señaló que las sociedades son imperfectas y que todo el tiempo están en construcción.
"La noción de pacto social es una noción ideal imaginaria. No hay ninguna sociedad que esté viviendo plenamente con un pacto social en donde todos los cuerpos estén perfectamente representados", agregó.
José Morales Orozco, SJ, rector del ITESO, dijo que con este encuentro la universidad busca que se asuma "una visión de la acción política y jurídica, de la historia y del pensamiento ético que haga tangible y transparente la promoción de la justicia que, en palabras de la Congregación General 32 de la Compañía de Jesús, se ‘dispone no sólo a reconocer y respetar los derechos y la dignidad de todos, especialmente de los más pequeños y débiles sino, aún más, a promoverlos eficazmente'".
Las constituciones son un reflejo del momento
Las constituciones, según Matthew Carnes, SJ, académico del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, no necesariamente plantean una nueva perspectiva social, sino que son un reflejo de la perspectiva que domina en el momento y de quienes ostentan el poder.
Durante su participación en el Quinto Encuentro El Humanismo y las Humanidades en la Tradición Educativa de la Compañía de Jesús, Carnes destacó que "reformar una constitución requiere un cambio social enorme han ocurrido en momentos de cambio social, 1917 fue un tiempo así".
Matthew Carnes, SJ, académico del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown.
El académico, quien ha vivido en varios países latinoamericanos, explicó que en los países nórdicos, donde hay altos niveles de bienestar y crecimiento, el detonante para buscar el bienestar común fue un momento de crisis, en este caso la Segunda Guerra Mundial.
"¿Por qué vemos esta violencia? Porque muchos están excluidos de alguna forma, del mercado de trabajo, de un sentido de dignidad, de un proceso de votación, no sienten que tienen un partido que los representa".
Para Jorge Narro, académico del Departamento de Formación Humana, el mayor problema en México no sólo radica en la adecuación las normas a la realidad, también está en la cultura de la legalidad.
"Más que modificar la Constitución o elaborar una nueva habría que respetar la que tenemos, pero hay un camino más arduo y que lleva más tiempo transitarse: el del cambio cultural", señaló Narro.
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